violencia de género
Cómo frenar la violencia de género desde las AA.PP.

7 de mayo de 2024

Formación y sensibilización es fundamental para frenar la lacra de la violencia contra las mujeres. Con formación y sensibilización se puede frenar la violencia de género desde las Administraciones Públicas.

Violencia machista y Administración

La violencia de género es una grave violación de los derechos humanos que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. Por fortuna, esta situación ha superado la esfera de lo privado y se ha convertido en un grave problema social que atenta a los derechos fundamentales de las mujeres y contradice radicalmente los valores constitucionales. Por ello, la Administración, que ha de servir con objetividad los intereses generales de la ciudadanía, se ha visto obligada a dar una respuesta rápida, eficaz e integral a este desgraciado y vergonzante fenómeno de la violencia sobre la mujer.

Para frenar esta problemática desde las Administraciones Públicas, es necesario adoptar una serie de medidas coordinadas y efectivas que aborden sus causas estructurales y proporcionen apoyo a las víctimas. Empezando por la sensibilización, la capacitación y la formación. Para frenar la violencia de género desde las Administraciones Públicas hay que incluir la formación de todo el funcionariado, además de personal que esté en los diferentes servicios públicos en sus múltiples funciones.

Formación para el funcionariado

Es el caso del funcionariado que está en contacto directo con un posible caso de violencia de género. Esto incluye a policías, jueces y juezas, fiscales, personal sanitario, profesionales del trabajo social, además de otro personal profesional que pueda entrar en contacto con las víctimas. La formación debe abordar aspectos como la detección temprana de casos, el manejo adecuado de situaciones de crisis y la atención integral a las víctimas.

Antes de la formación, no está de más garantizar que los conceptos de igualdad y discriminación están asumidos. Los ataques contra estos principios son la base de la pirámide de la violencia machista. Por eso, la prevención y la educación son fundamentales. Acciones como campañas de sensibilización, programas educativos en las escuelas, talleres de formación en empresas, y acciones para fomentar la igualdad de género. Es importante involucrar a toda la sociedad en la lucha contra la violencia de género y promover valores de igualdad y no violencia desde edades tempranas.

Protocolos, recursos y servicios

Una vez se ha detectado un posible caso de violencia machista, hay que actuar. Para ello, todas las personas trabajadoras públicas deben tener protocolos de actuación. Estos protocolos deben establecer los pasos a seguir para la atención y protección de las víctimas, la coordinación entre los diferentes servicios y la persecución de los agresores. Además, es importante que se contemplen medidas específicas para garantizar la seguridad y el bienestar de las víctimas, como la protección policial, el acceso a viviendas seguras y el apoyo psicológico.

Un trabajo que aumenta gracias a una red de recursos. Estos pueden ser centros de acogida, servicios de asesoramiento jurídico y psicológico, unidades de atención médica especializada, líneas telefónicas de emergencia y programas de inserción laboral y vivienda. Es importante que estos recursos estén disponibles de manera accesible y coordinada en todo el territorio, para que las víctimas puedan recibir el apoyo necesario en cualquier momento y lugar. Si el funcionariado está al corriente de estos recursos, se usarán de mejor manera y salvarán vidas.

Coordinación pública para acabar con la violencia machista

Aunque haya todo tipo de normas y herramientas para frenar la violencia machista, de nada sirve si las Administraciones son cajones estancos entre ellas. Por eso, las herramientas más importantes para frenar la violencia de género desde las Administraciones Públicas es la coordinación entre estas. Esta cooperación interinstitucional incluye la cooperación entre las fuerzas de seguridad, el sistema judicial, los servicios sociales, la salud pública y las organizaciones del tercer sector. La coordinación interinstitucional es clave para garantizar una respuesta integral y eficaz a la violencia de género y maximizar el impacto de las medidas adoptadas.

En resumen, frenar la violencia de género desde las Administraciones Públicas requiere de un enfoque multidisciplinario y coordinado que aborde las causas estructurales de la violencia, brinde apoyo integral a las víctimas y promueva una cultura de igualdad y respeto en toda la sociedad. La formación de profesionales, el desarrollo de protocolos de actuación, la ampliación de la red de recursos y servicios, la prevención y la coordinación interinstitucional son algunas de las herramientas clave para lograr este objetivo.